¿Cuántas veces habéis pedido un vaso de agua en un bar o restaurante? Seguro que muchas. Pero, ¿habéis pagado alguna vez por ello? Probablemente no.

La empresa encargada de la cafetería del Hospital Universitario de Valladolid, cobra por
el agua del grifo. Este es el hecho. Esto es, cuanto menos, sorprendente, más aún si cabe, tratándose de una cafetería situada en un centro de salud, y ya no lo digo sólo porque de sanidad estemos hablando, sino porque es un negocio con clientela asegurada cada día.

Todos y todas sabéis que el agua es vida, que el agua es un derecho humano, y si no lo
sabíais, ahora sí. Entonces, comerciar con un derecho no parece muy ético ¿verdad? Desde luego que no lo es. Es más, ¿a quién se le negaría un trago de agua?

Ahora bien, pedir dinero a cambio de un vaso de agua puede tener otras interpretaciones. Sí, el agua es un derecho, pero el que llegue a su destino y en condiciones adecuadas tiene un valor, un valor que se paga con dinero, está claro. Entonces,¿está la cafetería revendiendo el agua que previamente ha comprado, en este caso, a Aguas de Valladolid? (empresa privada, por cierto) ¿y si en la factura nos cobraran también la parte proporcional a la luz que gastamos? Creo que eso ya va incluido en la parte de su beneficio, como en todos los negocios, obvio, pero no nos damos cuenta de ello.


¿Por qué entonces con el agua sí han cobrado?
¿Porque va más allá de un favor? ¿Porque es lo justo
realmente?

La cuestión es, si es un derecho, entonces ¿la están revendiendo? ¿haciendo negocio con ello?

Y si se tratara de cubrir el gasto asociado que tiene, ¿0,10 euros es un precio justo por 0,2 litros de agua?



Queda abierto el debate.

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